0_Contexto: “La alcaldesa pone setas, nosotros ponemos macetas”
Hasta abril del pasado año, la calle Julio Antonio de Alicante era, por su propia morfología y emplazamiento en el trazado urbano, una calle sin más vida que la de los pocos vecinos que entran y salen de sus casas. Pese a la poca entidad de la vía, pueden interrumpir la tranquilidad de la calle los vehículos en un único sentido (aunque no pocos lo obvian) dejando apenas un metro de acera para los peatones. Esto, unido al poco cuidado por parte de las instituciones públicas hacia este barrio de la capital de la provincia, había condenado a la calle Julio Antonio a la “inanición” urbana, entendida ésta como la falta de vida social necesaria en la ciudad para mantenerla con vida. Las consecuencias fueron las habituales en este tipo de casos: viviendas en mal estado, calle poco frecuentada, sucia e incluso algo peligrosa a ciertas horas.
Sin embargo, a principios de la primavera del año pasado algo cambió. Cansados los vecinos de la situación y de que no se llevasen a cabo medidas desde el Ayuntamiento coincidía, además, con los primeros meses de funcionamiento de la renovada y también alicantina calle San Francisco en el centro de la capital (ya conocida como la Calle de las Setas, de la cual hicimos un artículo crítico que puedes ver aquí) que, pese a haber resultado un éxito en ciertos sentidos, no había dejado indiferente a nadie. Espoleados por todo ello, los compañeros del Hort y los vecinos decidieron hacer algo que revitalizase su calle sin caer en los vicios de la calle de las setas (ejemplo de intervención top-down porque, independientemente del éxito, se realizó sin consultar ni involucrar a los protagonistas, los vecinos; no parece un ejemplo low-cost pues en los medios se barajaban cifras cercanas a los 66.000€ de coste; pese a revitalizar económica y socialmente la calle, las políticas asociadas están implicando un proceso típico de gentrificación; el mantenimiento del mobiliario -las propias setas- y su limpieza dejan mucho que desear; etc.) y que les implicase a ellos como protagonistas.
1_Cronología: surgimiento, gestión y desarrollo de la iniciativa
2_Acción: empoderamiento ciudadano
Las primeras actuaciones que se llevan a cabo, y que cuentan con la aprobación unánime por parte de todos los vecinos, son las de repintura de fachadas y muros. A raíz de un desembolso inicial del Hort Comunitari de Carolines en colaboración con los vecinos, se recogieron fondos suficientes para pintar y, a su vez, arreglar los desperfectos que pudiera haber en ellos. Una vez finalizadas, con los remanentes de pintura sobrantes, los niños y niñas de la calle diseñaron y pintaron las macetas que se iban recopilando, lo que se convierte en un proceso participativo intergeneracional que mantiene una actividad constante en la calle durante semanas.
3_Un ejemplo de sostenibilidad social
4_De lo espontáneo a lo institucional: peatonalización
Este proceso de reapropiación y transformación pretende desembocar necesariamente en la peatonalización del viario y en su rehabilitación progresiva, tanto del espacio público como de las viviendas, al igual que ha ido ocurriendo en la calle San Francisco; y que sirva de punto de “curación” para la rehabilitación y revitalización de todo el barrio, a modo de acupuntura. Si las setas en la céntrica calle de Alicante fueron el catalizador para su posterior y progresiva revitalización económica y social, en el caso de la calle Julio Antonio se espera que las plantas tengan el mismo efecto o aún mayor, siendo además realmente un proyecto de bajísimo coste y con prácticas asociadas muy sanas e inclusivas. Es, por tanto, que aprovechando la poca entidad de la calle en términos de tráfico rodado y el tirón de unos vecinos comprometidos con el espacio común, ciudadanos y colectivos alicantinos piden la peatonalización de la calle Julio Antonio en lo que sería un “visto bueno” oficial por parte de las administraciones para albergar las distintas actividades sociales que se vienen realizando de manera improvisada desde que se instalaron las primeras macetas.
En definitiva, reclamar la peatonalización de la calle para recuperar la vida de barrio que se ha ido diluyendo con el paso de los años en el trazado urbano de una ciudad planificada principalmente para el vehículo privado. Esto no ha hecho más que empezar.